El ajedrez es un juego que fomenta la capacidad para la solución de conflictos de quienes lo practican, personifica a la vida y su práctica es habitual en el mundo. En la educación beneficia a la personalidad del niño desarrollando sus capacidades mentales, pues fomenta explorar y razonar, además de desarrollar habilidades estratégicas y tácticas para la solución de problemas. Esta estimulación se genera porque el ajedrez se define como una serie de movimientos, parecido a la propia vida, al intelecto, como las relaciones humanas e incluso al gobierno mismo. Los ajedrecistas llegan a efectuar una comunicación al ejecutar movimientos, además del intercambio de pensamientos y serenidad en su constante ejercicio.
Las investigaciones relacionadas al aprendizaje metacognitivo se relacionan a la transferencia de destrezas de forma sabia, aumentando la competencia y evidenciando las sensaciones, mismas que se asocian al ejercicio del ajedrez. De manera que, al relacionarse en las múltiples actividades de este deporte, éste aportará en los niños en favor de un eficaz aprendizaje en las diferentes asignaturas de la escuela y en su procesamiento cognitivo. Además, el ajedrez brinda al niño una habilidad de obtener experiencias para afrontar el fracaso, gracias a que en la práctica el niño tiene que manejar correctamente el triunfo o pérdida en cada partida.
Las funciones ejecutivas tienen un importante rol en la práctica del ajedrez, ya que estas habilidades mentales permiten al ser humano: organizar, planear, monitorear, comprobar su actividad cognitiva y conductual. Son ocho las funciones ejecutivas que han sido descritas de manera frecuente en la literatura: planificación, control inhibitorio, monitorización, regulación emocional, organización de materiales, flexibilidad cognitiva, memoria de trabajo, iniciativa. De estas funciones, la memoria de trabajo y la planificación se tomarán en cuenta para este estudio.
La memoria de trabajo es un dispositivo de almacén eventual que permite retener varios datos de información en la mente con el fin de compararlos y relacionarlos, para emplear los datos relevantes en beneficio de realizar procesos cognitivos complejos como: el lenguaje, la atención, pensamiento, entre otros; además de ser responsable del almacén cognitivo a corto plazo. Por otra parte, planificación es una habilidad mental que nos permite seleccionar las acciones necesarias para alcanzar un objetivo deseado, tomar decisiones sobre el orden apropiado, elegir labores, recursos de conocimiento y el establecimiento de una meta de acción adecuada.
En diversas investigaciones se ha destacado el beneficio del ajedrez a nivel cognitivo. Se ha encontrado que
este deporte es una gran herramienta que ayuda a desarrollar el potencial mental del niño, y se ha reportado una significativa mejora de los resultados en el ámbito académico en un 17%. En otros reportes, se afirma que el ajedrez ayuda a en el tratamiento de trastornos como el de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Además, se ha encontrado que la práctica constante de los movimientos, aprendizaje de jugadas y manejo de emociones sobre ganancia o pérdida de partidas, aporta significativamente en el desarrollo cognitivo del infante que practica este deporte.
El ajedrez cuenta con varios elementos que generan un aporte significativo al desarrollo cognitivo: el movimiento coordinado de piezas, aprendizaje de las distintas posiciones, las normas del juego, toma de decisiones, la resolución de problemas, memoria -de trabajo y planificación- involucradas en cada juego, que aportan en favor del desarrollo socio-emocional y personal de cada niño y niña que lo practica. Además, en un estudio de Gao et al, se menciona que el aprendizaje del ajedrez a largo plazo contribuye a la capacidad de percibir, analizar y tomar decisiones, además del desarrollo de habilidades metacognitivas, ya que el jugador debe proyectarse en el lugar del oponente tratando de predecir sus intenciones en las múltiples y diferentes jugadas posibles, estilos de juego y aperturas asociadas a cada jugador.
Sobre el tema de investigación, existen estudios previos como los reportados por Unterrainer et al., Aciego etal. y Horgan et al.,donde se comparan a grupos de ajedrecistas y no ajedrecistas, encontrando los beneficios de la práctica de este deporte en favor de la cognición en los ámbitos en los cuales se desempeñan los ajedrecistas.
Por otro lado, dentro del contexto legal que protege a la niñez, busca garantizar la calidad de la vida de los niños y niñas con la aplicación de metodologías o estrategias para mejorar su enseñanza cultural o recreativo. Es por esto, que la investigación permitirá tener un sustento relevante para potenciar el aprendizaje del ajedrez en la población infantil, pues como menciona Llada, es un importante auxiliar educativo ya que el ajedrez es más que un juego y un deporte, pues posee contenidos de razonamiento lógico, educativos, sociales, cognitivos, de manera que puede inducir a un modelo de acciones para ser aplicado a otras áreas, como la cultura.
Vinculado a los beneficios del ajedrez, Carrillo, señala que, el ajedrez es algo más que un juego trivial, es un forjador del carácter, pues como en ningún otro juego está provista de: la constancia, la flexibilidad, la audacia intelectual, la tenacidad y la creatividad. Esto justificaría a la investigación, que pretende que más niños y niñas,
sean inspirados por representantes a practicar el ajedrez, para que puedan tener una herramienta que diariamente les promueva lograr una mayor adaptación del medio, y la resolución de problemas de la vida cotidiana con una mayor destreza, porque este juego se caracteriza por laadquisición de diversas habilidades. Es por esta razón, que en esta investigación el objetivo general es: analizar el beneficio del ajedrez en la memoria de trabajo y planificación de niños y niñas entre 7 y 11 años de edad, mediante un estudio cuantitativo de tipo comparativo entre jugadores de ajedrez vs. no jugadores de ajedrez, propiciando así, evidencia en favor de la aplicación de este deporte
como medio para mejorar la cognición infantil.