El 5 de marzo de 2022, el Dr. Siegbert Tarrasch habría cumplido 160 años. A lo largo de su vida, Tarrasch, médico de profesión, nunca dejó de ser un ajedrecista aficionado, pero en su mejor momento fue uno de los mejores jugadores del mundo, ¡sino el mejor! Tarrasch fue también un prolífico y popular escritor cuyos libros han influido a innumerables ajedrecistas. Eugene Manlapao repasa la trayectoria de este gran jugador y educador.
Es el Campeonato Mundial de Ajedrez de 1908. El campeón defensor es el gran Emanuel Lasker, que defiende su corona por tercera vez.
El mundo del ajedrez está entusiasmado, ya que todo el mundo está seguro de que Lasker ha encontrado por fin a un rival de altura. Después de haberle arrebatado el título a Wilhelm Steinitz, ha ido de menos a más, derribando a Steinitz en su duelo de revancha por 10-2, y a Frank Marshall por 8-0 en sus dos primeras defensas del título.
Esta vez, sin embargo, se enfrenta a Siegbert Tarrasch, e incluso al propio Lasker le cuesta imaginar un resultado ampliamente favorable. Tarrasch se ganó el derecho a luchar por el título al ganar el torneo de Ostende 1907, pero ha sido una fuerza formidable desde finales de la década de 1880. Él, y no Lasker, era considerado en su momento como el sucesor lógico de Steinitz, y había esperado mucho tiempo esta oportunidad para cumplir esa promesa.
La organización del match ha sido larga y ardua, pues aunque Lasker y Tarrasch son ambos alemanes, no pueden soportar sus diferencias. Un intento similar de enfrentarlos en 1903 había fracasado. Ahora, cuando el match está a punto de celebrarse, los organizadores les han llamado para que dejen atrás sus diferencias. Después de todo, un match por el campeonato mundial no es más que un evento deportivo. Se dice que Tarrasch bromeó antes de marcharse rápidamente: “A usted, Herr Lasker, sólo tengo tres palabras que decirle: jaque y mate”.
Esta historia sobre Tarrasch refleja gran parte de lo que hoy sabemos de él. Era un jugador increíblemente fuerte que estuvo a punto de ganar el campeonato del mundo durante casi dos décadas. También fue un hombre de ideas, uno de los más influyentes, de hecho, en la larga historia del ajedrez. Defendía obstinadamente las verdades que veía en el tablero, y no hacía concesiones al respecto, por lo que se le ha tildado de dogmático. Era un tipo polémico y difícil de tratar.
El 5 de marzo de este año es el 160º aniversario del nacimiento de Tarrasch, y es una ocasión apropiada para recordar al hombre con uno de los legados más duraderos del ajedrez.
Tarrasch nació en Breslavia, en la actual Polonia. Estudió medicina en Berlín y Halle, y luego se marchó a Núremberg, Baviera y finalmente a Múnich para establecer su consulta médica.
En la década de 1870 entró en la escena de los torneos, y rápidamente demostró ser un jugador de talla mundial. A finales de la década de 1880, inició una impresionante racha de seis años en los que ganó sucesivamente cinco grandes eventos internacionales: Núremberg 1888, Breslavia 1889, Mánchester 1890, Dresde 1892 y Leipzig 1894.
En 1892, se le ofreció un match por el título mundial en La Habana, pero lo rechazó debido a las exigencias de su profesión médica. Puede que Tarrasch no quisiera arriesgar todo lo que había ganado en un solo match por el título mundial, pero desperdició su oportunidad. En un momento en el que se acercaba a su plenitud absoluta y Steinitz era un campeón envejecido, sus posibilidades de éxito eran considerablemente grandes. Lasker, en cambio, no dejó pasar su oportunidad y fue quien finalmente destronó a Steinitz en 1894...