Hace pocos días, en medio de uno de esos emocionantes y luchados campeonatos de ajedrez, donde la motivación principal de los deportistas es superar a los rivales y ganar un premio. Uno de los espectadores se me acercó y me sorprendió con la siguiente pregunta: “¿Crees que realmente exista la práctica del ajedrez solo por diversión?”, después de unos segundos de reflexión, respondí que sí, hay muchas personas que disfrutan de su tiempo libre jugando al ajedrez solo por recrearse, ese que se practica con la única intención de disfrutar de este maravilloso juego sin importar el resultado. Yo mismo tuve la fortuna de compartir varios años con algunos de estos aficionados.
Entre los años 1997 y 2001, asistí con frecuencia al “salón imperial” ubicado a una cuadra del parque principal del municipio de Envigado, departamento de Antioquia – Colombia. Un lugar muy agradable donde siempre se ha practicado el ajedrez, el billar, las cartas y otros pasatiempos, y en el cual, después del mediodía, se reúnen muchas personas de diferentes profesiones a compartir interminables tertulias y partidas. Por esa época era un niño apasionado por la competencia y me gustaba poner a prueba con los adultos, todo lo que iba aprendiendo en mis jornadas de entrenamiento.
Fue así como conocí a muchas de las personas que me enseñaron el amor por el ajedrez, entre ellas: Omar Tamayo, quien terminó siendo mi padrino de confirmación; Jaime Ossaba “el patriarca del ajedrez envigadeño”; Manuel Zuluaga; Juan Cancio Arcila “el médico”; Álvaro Hernández “el profe”; Artemio “el periodista”; Don Mauro Correa “cambalache”; Juan Carlos Valencia; Don José “peligro”; Diego Mesa, Efraín Correa “el muchachón”; Diego “la fiera”; Noé Zuleta propietario de la ferretería “el Arca”; entre muchos más amigos del ajedrez, varios ya fallecidos, quienes aparte de servirme de sparring para mi entrenamiento y enseñarme algunos “trucos”, también fueron mis patrocinadores en varias ocasiones.

Recuerdo como si fuera ayer, que al enterarse de que yo quería asistir a alguna competencia nacional y no contaba con los recursos necesarios, entre todos hacían una “vaca” (recolecta) y juntaban el dinero necesario para que pudiera viajar al evento. Me siento muy agradecido por la ayuda desinteresada que me brindaron en esos años, fue la base fundamental para lo que hoy en día representa el ajedrez en mi vida. Siempre que tengo la posibilidad visito a mis viejos amigos de Envigado, y juego con ellos algunas partidas, de esas donde el resultado no es lo más importante.

El muchachón
Para explicar un poco más de lo que significa el ajedrez por diversión, quiero recordar a mi amigo Efraín Correa “El muchachón”, quien falleció en el 2017 a la edad de 97 años. Uno de esos apasionados del deporte ciencia, que además en décadas pasadas ejerció como árbitro, destacando su participación en el torneo de candidatos de curazao 1962, donde el excampeón mundial Tigran Petrosian ocupó el primer puesto.

Para comprender la afición que tenía don Efraín por el ajedrez, basta con comentar que siempre acudió a la cita de juego de los viernes con su eterno compañero de juego Don Noé Zuleta, encuentro que duró más de tres décadas y que solo se vio interrumpido por la muerte de su colega. A estas citas, siempre llevaron el mismo ajedrez de madera, no les gustaba utilizar las modernas piezas de plástico ofrecidas por el salón imperial.

El muchachón también contaba con una de las más grandes bibliotecas de ajedrez que he visto. Disfrutaba mucho de este tipo de lectura y se tomó la tarea de inculcarme ese mismo gusto por la cultura ajedrecística. En una visita a su casa, tuve la fortuna de que él me obsequiara algunos objetos que aún conservo como mi más valioso tesoro: un par de revistas de ajedrez universal, una foto suya con el gran Tigran Petrosian y una copia de uno de los poemas que escribió, en el qué manifiesta perfectamente lo que para él significaba el ajedrez. También conservo una escultura alusiva al match de los viernes entre Efrain Correa y Noé Zuleta, que me regaló hace varios años mi padrino Omar Tamayo.

A continuación, el poema escrito por Efraín Correa, toda una obra de arte:
"Cuando yo juego ajedrez
me distraigo de este mundo.
Siento un descanso profundo
y me alivio del estrés.
en mi mente hay lucidez
y hallan mis penas consuelo.
no importa si me desvelo,
y que a veces pierda el tino
con este juego divino
que fue inventado en el cielo."
Efraín Correa.
FM FAIBER LOTERO
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Entrenador colombiano de ajedrez, entrenador de la liga de ajedrez de Bogotá, integrante del grupo de investigación GRICAFDE Universidad de Antioquia, especialista en entrenamiento deportivo, especialista en Psicología del deporte y la actividad física, licenciado en educación física y deportes, estudiante maestría en fisiología del ejercicio. diplomado en administración deportiva Comité Olímpico colombiano, diplomado en organización de grandes eventos deportivos Comité Olímpico,Instructor FIDE, Georgia 2018, escritor del libro la Planificación del capitán Olímpico de ajedrez. Entrenador de deportistas títulados.
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