Londres, noviembre de 1983. Viktor Korchnoi, disidente y eterno traidor a la Unión Soviética, llegaba a la semifinal del Torneo de Candidatos para enfrentarse al nuevo prodigio del ajedrez ruso, un Garri Kaspárov que con 20 años acabaría haciendo historia en el ajedrez mundial.
En aquella semifinal pasaron muchas cosas dentro y fuera del tablero, pero aquel enfrentamiento fue además el germen de la carrera de Leontxo García, periodista, conferenciante y durante 35 años verdadera autoridad en el mundo de los 64 escaques. Hemos tenido la oportunidad de hablar con él de ajedrez y tecnología, y esto es lo que nos ha contado.
Lo que pasa fuera del tablero es tan apasionante (o más) que lo que ocurre dentro
Los no aficionados al ajedrez quizás lo vean con esa fama de juego complicado y hasta aburrido. Para los que lo han jugado alguna vez esa definición es totalmente errónea, y 1.500 años de ajedrez probablemente les dan la razón.
Sin embargo no solo el ajedrez es apasionante como juego o deporte: lo es también todo lo que ocurre fuera del tablero. En las últimas décadas hemos visto enfrentamientos que iban mucho más allá del deporte en sí, pero pocos han sido los que han aprovechado ese filón.
Leontxo García (Irún, 1956) es uno de esos pocos. Este conferenciante, presentador, comentarista y periodista español especializado en ajedrez lleva 35 años difundiendo a los cuatro vientos todo lo que sabe de este deporte, que es mucho.
En Xataka tuvimos la oportunidad de ponernos en contacto con él para plantearle una conversación sobre ajedrez y tecnología. Aceptó encantado, y charlamos vía telefónica durante una hora sobre el presente, el pasado y el futuro de un deporte en el que la tecnología e internet han causado un impacto sensacional.
Para García todo empezó en aquellas semifinales del Torneo de Candidatos de 1983. Esos enfrentamientos acabarían determinando quién sería el rival para la defensa del título que por entonces ostentaba Karpov, y la tensión era enorme. La Unión Soviética seguía haciendo del ajedrez una seña de identidad de una nación orgullosa de su legado ajedrecístico, pero no todo le había salido bien en ese esfuerzo.