A lo largo de sus casi 1.500 años de historia, el ajedrez ha dado lugar a una gran variedad de juegos y modos de jugar: desde un simple pasatiempo hasta un deporte intelectual con grandes sumas de dinero en juego.
“un día, un embajador del rey de Hind llegó a la corte persa de Cosroes, y después de un intercambio de cortesías, sacó ricos regalos de su soberano y entre ellos había un tablero elaborado con piezas de ébano y marfil curiosamente talladas. Luego lanzó un desafío: 'Oh gran rey, llama a tus sabios y haz que resuelvan los misterios de este juego. Si tienen éxito, mi amo el rey de Hind te pagará tributo como señor supremo, pero si fallan será una prueba de que los persas tienen un intelecto inferior y exigiremos tributo a Irán'”.
Este fragmento del poema épico persa Shahnameh (“Libro de los reyes”) es la primera mención conocida del origen del ajedrez. Según su autor, el poeta Fedrousí, el juego se había originado en el siglo VI a raíz de una disputa por el trono de Hind (India) entre los hermanos Gav y Talhand: el segundo había muerto en batalla y su madre, disgustada, recriminó a Gav que hubiera matado a su hermano. Este negó haberlo hecho y, para probar su inocencia, recreó la batalla usando piezas de marfil que representaban las cuatro unidades de combate del ejército: la infantería, la caballería, los elefantes y los carros...