Aunque Rakhmangulova juega ahora torneos por toda Europa, centrarse en el ajedrez ha sido una tarea difícil para ella desde el 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa de Ucrania. Ese día, la joven de 27 años se despertó, horrorizada y confundida, en su apartamento de Kiev con el sonido de las sirenas antiaéreas.
"No podía entender lo que estaba pasando. Cuando me di cuenta, tuve muy poco tiempo para empacar mis cosas esenciales. Sólo me llevé mi ordenador portátil, algo de ropa y algunas latas de comida", explicó.
Junto con su madre, Rakhmangulova pasó una semana en un refugio antibombas en Kiev antes de decidir evacuar Ucrania.
"Me era imposible quedarme allí más tiempo. Fue muy duro para mí mentalmente, más que físicamente", dijo. Rakhmangulova y su madre consiguieron finalmente trasladarse a la República Checa.
A pesar de salir de Ucrania, Rakhmangulova dijo que tuvo pesadillas relacionadas con la guerra durante un mes.
"Sólo después de un mes conseguí reanudar mis entrenamientos de ajedrez", dijo. También inició una campaña de recaudación de fondos para ayudar a sus conciudadanos afectados por la guerra.
"Hasta ahora he recaudado 5.000 euros que se han destinado a voluntarios, al ejército y a personas que han sufrido la guerra".
Según Rakhmangulova, el ajedrez le ha sido de gran ayuda en los últimos tiempos.
"Cuando entreno o juego en torneos, me encuentro aislada del mundo exterior. Además, los torneos son también un medio para concienciar a la gente sobre la situación de mi país", dijo.
Todavía no tiene claro qué hará en el futuro inmediato, pero dijo que está considerando volver a Kiev pronto.
"Me resulta muy difícil tomar la decisión correcta. Tengo miedo a la guerra desde mi más tierna infancia. Tengo miedo de volver a pasar por ella. Pero, por otro lado, echo mucho de menos a mi país", dijo.
En cuanto al ajedrez, su objetivo inmediato es convertirse en Gran Maestra (WGM).