La superestrella del ajedrez Magnus Carlsen había aparecido recientemente en el podcast The Joe Rogan Experience, en el que había hablado de varios temas, entre ellos el infame escándalo de las trampas de 2022 que acabó reavivando su enemistad con el gran maestro estadounidense Hans Niemann. El GM noruego también habló de otros temas, como el arte de mantenerse en lo más alto de la clasificación mundial durante más de una década y estar muy por delante de todos los demás jugadores durante la mayor parte de su carrera.
Carlsen ha ocupado el número 1 de la clasificación de la FIDE de forma ininterrumpida desde 2011 y también ostenta el récord de la clasificación FIDE más alta de todos los tiempos: 2882. Carlsen, de 34 años, también ha sido cinco veces campeón del mundo y ha decidido voluntariamente no defender su título en 2023 tras admitir que su interés por el formato clásico ha disminuido.
Pienso en el ajedrez todo el tiempo": Carlsen
Cuando se le preguntó por el secreto de su dominio de este deporte durante una década y media, Carlsen explicó que los demás jugadores no «viven y respiran» el juego como él lo sigue haciendo.
«La diferencia entre yo y otros chicos es que ellos van a entrenar. Incluso puede que hicieran los deberes. Pero no vivían y respiraban el juego como yo», dijo Carlsen al podcaster y ex presentador de televisión estadounidense Joe Rogan.
«Pienso en el ajedrez todo el tiempo. Pienso en el juego mientras estoy sentado en esta silla. Todavía estoy analizando una partida que he jugado hoy. Nunca se me va del todo de la cabeza.
«Creo que muchos ajedrecistas muy buenos lo hacen», admitió. «Pero para mí es diferente. La partida siempre está ahí, siempre presente», añadió.
Carlsen había participado recientemente en los Campeonatos Mundiales de Rápidas y Blitz de la FIDE en Nueva York, donde suscitó polémica por presentarse en vaqueros y por compartir el título de blitz con el Gran Maestro ruso Ian Nepomniachtchi.
Más recientemente, participó en la prueba inaugural del Freestyle Chess Grand Slam Tour en Weissenhaus, donde terminó tercero tras una sorprendente derrota contra el Gran Maestro alemán Vincent Keymer, a la postre campeón.