Treinta y dos piezas, sesenta y cuatro casillas: eso es todo lo que necesitó el ajedrez para desatar las pasiones de muchos franceses. En los últimos años, este deporte ha experimentado un auge sin precedentes que sigue viento en popa.
Popularizado por la miniserie de Netflix Le jeu de la dame (Gambito de dama) a finales de 2020, el ajedrez se ha forjado una imagen atractiva, muy alejada de los tópicos de antaño. El juego de mesa ha entrado en la cultura popular en pocos años, ayudado por la creciente cobertura mediática.
En Francia, la miniserie no es la única responsable de esta moda. Otros factores, más locales, han permitido que este deporte se convierta en un fenómeno generalizado, hasta el punto de que algunos clubes se ven obligados a rechazar público.
Un cúmulo de circunstancias
Eclipsado durante mucho tiempo por otros deportes más expuestos, el ajedrez ha aprovechado la pandemia para llamar la atención del gran público. A principios de 2020, mientras las competiciones deportivas se cancelaban una tras otra, el juego fue uno de los últimos en retransmitirse, lo que no dejó de despertar la curiosidad de los franceses, confinados entonces en sus casas.
"Para nosotros, el público francés, fue muy oportuno. La última competición deportiva que tuvo lugar antes del confinamiento fue una competición de ajedrez. Y dio la casualidad de que, en ese torneo, había un jugador francés que era el líder", explica Kevin Bordi, alias Blitzstream, el influencer número uno del ajedrez en Francia.
El jugador en cuestión es Maxime Vachier-Lagrave, y hoy es uno de los grandes nombres de este deporte. Apodado MVL, este gran maestro internacional ha logrado situar a Francia en el mapa del ajedrez gracias a sus notables actuaciones, que le valdrán un título de campeón del mundo en 2021. "Antes del encierro, recibía entre 200 y 300 personas en mis retransmisiones en directo por las tardes, lo que no estaba nada mal, pero ahora en 2023 llegamos a las 1500-2000 retransmisiones en directo, Maxime realmente ha cambiado muchas cosas."
Para Kevin Bordi, el éxito de Maxime Vachier-Lagrave ha atraído a un público de no iniciados, sobre todo jóvenes, que ahora forman el núcleo duro de su comunidad. En sus vídeos, Cannois, de 36 años, comenta las partidas de ajedrez en un ambiente amistoso, contribuyendo así en gran medida a la democratización del juego de mesa en Francia.
Un deporte en sintonía con los tiempos
El ajedrez se juega desde hace más de mil años y ha sobrevivido al paso del tiempo con la misma receta. "El juego es divertido porque es una mezcla perfecta de reglas bastante fáciles de aprender y una profundidad casi infinita", explica el realizador del vídeo.
A diferencia de otros juegos, el ajedrez ha aprovechado Internet para mantenerse en el juego. Plataformas como Chess.com ofrecen acceso con un solo clic para retar a jugadores de todo el mundo a partidas muy cortas. Se trata de un sitio moderno y accesible, al borde de una red social, que cuenta ya con más de cien millones de miembros.
Como consecuencia de este auge mediático, los clubes de ajedrez tienen que adaptarse a un número creciente. En varios establecimientos franceses, el número de socios se multiplica. A menudo procedentes del juego en línea, estos nuevos miembros buscan un entorno más estructurado que en la Red. "La comunicación en torno al ajedrez es más importante hoy en día. Es cierto que el juego en línea ha atraído a mucha gente", confiesa Daniel Roos, Presidente del Club de Ajedrez de Estrasburgo.
Como muchos de sus colegas, ha visto crecer el número de socios en tres años. "Hemos visto aumentar el número de socios entre un 15% y un 20% cada año desde 2020. La última vez hubo gente que me puso mala cara porque no tenía sitio para ellos. Tengo que rechazar a gente", dice.
Prueba de que el ajedrez está al día, en 2024 se pondrá en marcha un campeonato francés de ajedrez en línea. Aunque este formato hizo su aparición durante el periodo de confinamiento, es la primera vez que la Federación organiza una competición en estas condiciones. El objetivo de la FFE es llegar a los "cuatro millones" de jugadores ocasionales de ajedrez en línea que hay en Francia, una cifra que se ha duplicado desde la pandemia.