Hace tiempo que los programas informáticos han demostrado ser más inteligentes que los ajedrecistas humanos. El único problema es cómo utilizarlos discretamente.
El programador estadounidense James Stanley ha creado un pequeño ordenador que permite hacer trampas y vencer incluso a los mejores jugadores de ajedrez. El proyecto, denominado Sockfish, es descrito por Habr.
Sockfish es sinónimo de Stockfish AI, uno de los mejores programas informáticos para jugar al ajedrez. El nombre del ordenador contiene la palabra "Sock", que se traduce como "calcetín": es donde se esconde la electrónica.
James Stanley ha tomado un ordenador Raspberry Pi Zero en miniatura y lo ha conectado a un mando a distancia especial con dos botones y un motor de vibración. Con el dispositivo en el bolsillo, el usuario puede utilizar sus pies para pulsar los botones e introducir comandos para Stockfish, sin que lo noten los demás, mientras que la vibración le permite recibir indicaciones. El dispositivo se alimenta de una batería recargable por USB, que también debe llevarse consigo.
El ordenador ejecuta un script en Python (lenguaje de programación) que lee los datos de los contactos y los carga en una corriente de entrada, que luego es utilizada por un script en Perl. A su vez, Perl lee las pulsaciones de los botones del flujo de entrada, reconstruye la disposición de la forma y ejecuta Stockfish, y luego escribe los pulsos de vibración en su flujo de salida, tras lo cual son pasados a los pines GPIO por un segundo script de Python.
Para probarlo, el programador decidió utilizar el ordenador en secreto en un juego con su amigo Owen Davies. James Stanley convenció a su oponente para que jugara una partida larga con un límite de tiempo de 15 minutos, porque de lo contrario no le habría dado tiempo a introducir los comandos, que tardan unos 20 segundos.
Según el desarrollador, todo iba bien hasta que confundió la orden del dispositivo y colocó una pieza de forma diferente a lo que el software sugería. En la siguiente ronda, Stockfish sugirió una jugada, que resultó ser contraria a las reglas debido a la diferente disposición de las piezas. Finalmente, James Stanley decidió continuar el juego por su cuenta y perdió.
"En mi defensa, estaba tan absorto en la interacción con Sockfish que apenas me daba cuenta de lo que ocurría en el tablero", compartió.
Durante la revancha, James Stanley intentó jugar con más cuidado, pero siguió cometiendo algunos errores, por lo que se vio obligado a volver a introducir la secuencia de movimientos en el programa. Después de otro error, decidió continuar sin la ayuda de Sockfish y ganó, habiendo ganado la ventaja en el tablero para ese momento. James planea ahora construir un ordenador mejor, que será aún más difícil de detectar.
Recientemente, el ajedrecista Hans Niemann fue sospechoso de hacer trampas durante una partida contra el actual campeón del mundo, Magnus Carlsen. Tras perder el título, se retiró de la Copa Sinquefield y se rindió desafiantemente ante Niemann en el siguiente torneo, aunque siguió compitiendo contra otros jugadores.
Chess.com afirmó posteriormente que Hans Niemann podría haber hecho trampas en un centenar de partidas en línea, incluso en competiciones con premio. Los investigadores compararon las jugadas del ajedrecista con el software y encontraron muchas similitudes.