Un ciudadano chino que había perdido sus cuatro extremidades a causa de una descarga eléctrica logró controlar juegos digitales —entre ellos ajedrez — utilizando únicamente su actividad cerebral, luego de recibir un implante de interfaz cerebro-computadora (BCI) invasiva. La intervención forma parte del primer ensayo clínico con esta tecnología llevado a cabo en China y marca una transición concreta del laboratorio al uso clínico humano.
El dispositivo fue implantado en marzo de 2025 por un equipo del Centro de Excelencia en Ciencia Cerebral y Tecnología Inteligente (CEBSIT) de la Academia China de Ciencias, en conjunto con el Hospital Huashan de la Universidad de Fudan. Según el reporte publicado por la Academia y confirmado en prensa especializada, el sistema ha funcionado con estabilidad desde entonces, sin incidentes técnicos ni infecciones.
El implante, de 26 mm de diámetro y menos de 6 mm de grosor, es más pequeño que el desarrollado por la empresa estadounidense Neuralink. Está equipado con electrodos ultrafinos, con un grosor aproximado al 1 % del diámetro de un cabello humano. Estas características minimizan el daño al tejido cerebral y favorecen su integración. El sistema es capaz de captar señales neuronales e interpretarlas en tiempo real: traduce la intención de movimiento en comandos digitales en apenas decenas de milisegundos.
Gracias a estas capacidades, el paciente pudo controlar de forma autónoma una interfaz gráfica y ejecutar tareas digitales como jugar ajedrez. La elección de este tipo de actividad no se detalla con profundidad en los reportes, pero su ejecución fue presentada por los investigadores como evidencia del éxito funcional del sistema en tareas que exigen precisión y toma de decisiones. También se informó que logró interactuar con videojuegos de carreras en condiciones similares.
El equipo a cargo del experimento anunció que el próximo objetivo es entrenar al paciente para manipular una mano robótica, lo cual permitiría agarrar objetos físicos. Posteriormente, se prevé capacitarlo para controlar robots inteligentes más complejos, como cuadrúpedos artificiales, ampliando sus capacidades de interacción con el entorno físico y social.
Este avance posiciona a China como el segundo país en el mundo —después de Estados Unidos— en alcanzar la fase de ensayo clínico con una interfaz BCI invasiva implantada en humanos. Se espera que esta tecnología, de ser aprobada por los reguladores, esté disponible en el mercado chino hacia el año 2028. Estaría destinada principalmente a personas con amputaciones bilaterales, lesiones medulares severas o enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Cabe aclarar que este no es el primer caso de una persona que juega ajedrez utilizando un implante cerebral. En marzo de 2024, Noland Arbaugh, paciente estadounidense de 29 años, empleó el dispositivo de Neuralink para interactuar con su computadora y participar en partidas de ajedrez en línea. Sin embargo, el procedimiento chino destaca por su implementación en un entorno médico institucionalizado, con seguimiento clínico y metas terapéuticas específicas.
Paralelamente, China está desarrollando otras formas de interfaz cerebral, incluyendo tecnologías no invasivas capaces de interpretar y emitir señales sin necesidad de intervención quirúrgica. Entre las aplicaciones proyectadas se encuentran entornos educativos, entrenamiento cognitivo y rehabilitación funcional.
Con estos avances, el campo de la neurotecnología experimenta una expansión rápida y multidireccional. El hecho de que una persona sin extremidades pueda jugar ajedrez mediante el pensamiento deja de ser una imagen futurista: ahora es una realidad clínica en más de un país, y con múltiples caminos de desarrollo por delante. Una jugada que redefine los límites de la comunicación entre mente y tecnología.
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