Yo no soy lo que se podría decir, un real jugador de ajedrez; es decir, muevo piezas, pero básicamente jugando soy un "cacho", como dicen en Venezuela o "tronco", como dicen en España. Las leyendas de que le he ganado a jugadores +2000 son eso, leyendas y cuentos de camino y, como ya saben, los 'cachos' somos como los caballeros: "no tenemos memoria"...de cálculo.
A pesar de no ser un trebejista, ni nada que se le parezca, considero que he sido un vicioso espectador de los supertorneos online, de las estadísticas y de los libros clásicos. "Cacho" y todo, sí que he aprendido un par de cosas de este particular juego/ciencia/arte. De ese par de cosas que he aprendido, me voy a referir a aquel razonamiento antitético de que "es mejor tener un mal plan a no tener ninguno". En términos generales esta es una verdad de perogrullo o una obviedad que se sobreentiende desde el más básico sentido común, porque ciertamente, aunque un plan imperfecto puede tener fallas, suele ser preferible a jugar sin un plan en absoluto. Tener un plan -incluso uno imperfecto- da dirección y propósito a los movimientos, ayuda a coordinar las piezas y a anticipar las respuestas del oponente. Sin un plan, un jugador puede hacer movimientos aleatorios o reactivos que no tengan coherencia estratégica, lo que aumenta el riesgo de cometer errores o quedar, posteriormente, en desventaja. Incluso un plan "malo" puede ser ajustado o mejorado durante el juego, mientras que la falta de un plan puede llevar a la desorganización y al caos en la posición, porque básicamente se juega con incertidumbre y "a lo que salga".
Según lo que he visto y lo poco que entiendo, los jugadores que se inician en el ajedrez basan sus planes en aspectos tácticos y los más experimentados a lo táctico le complementan los aspectos estratégicos del juego, luego unos serán tácticos, otros estratégicos y otros un poco más completos o integrales. He escuchado a entrenadores y a analistas decir que tanto los jugadores novatos como los experimentados tienen fallas en cuanto a la concepción de la definición de lo que es un plan.
Ejemplo de una equivocada concepción del "plan" en jugadores novatos:
Un error común es pensar que un plan consiste simplemente en una secuencia específica de jugadas predefinidas, sin tener en cuenta las respuestas del oponente o los cambios en la posición. Por ejemplo, un jugador novato podría decir:
"mi plan es mover mi caballo a f3, luego mi alfil a c4, enrocar, mover mi peón de e4 a e5 y después atacar el peón de f7."
Este enfoque es un mal concepto porque no tiene en cuenta las posibles respuestas del oponente, las dinámicas del tablero, ni las adaptaciones necesarias durante la partida. Es una serie de movimientos rígidos y preestablecidos, más que un verdadero plan que considere las condiciones cambiantes del juego.
Ejemplo de una equivocada concepción del "plan" en muchos maestros:
Un error más sofisticado, pero equivocado, podría ser creer que un plan estratégico siempre debe llevarse a cabo de principio a fin, sin desviaciones. Por ejemplo, un maestro podría pensar en su fuero interno, como dicen los poetas:
"Mi plan es cambiar las piezas menores para crear un final favorable, por lo que continuaré cambiando piezas a pesar de que mi oponente ha cambiado la estructura del tablero y ahora favorece a las piezas menores activas."
Este enfoque puede ser erróneo porque no es suficientemente flexible para adaptarse a las nuevas circunstancias que surgen durante la partida. En ajedrez, un buen plan no es algo que se sigue ciegamente; debe ser ajustado y reconsiderado constantemente en función de la evolución del juego. La rigidez en la aplicación del plan puede llevar a pasar por alto mejores oportunidades o a caer en desventajas inesperadas.
Todo lo anteriormente dicho es cierto: es mejor tener un plan a no tener plan; sin embargo, aquí surge otra verdad del tamaño de una catedral: un mal plan es un dolor de cabeza. Un plan erróneamente concebido puede generar desventajas significativas si este no se corrige a tiempo. En ajedrez, la flexibilidad para adaptar o cambiar un plan conforme evoluciona la partida es clave, pero ahí hay matices y no pretendo entrar en detalles sobre este punto, ya que eso es terreno de los analistas, de los expertos y de los propios jugadores quienes seguramente tendrán diferentes perspectivas y enfoques al respecto.
Un plan estratégico, como bien lo saben los másters, implica un enfoque global del desarrollo de la partida, pensando en objetivos a largo plazo como mejorar la posición general de las piezas, controlar el centro del tablero, crear debilidades en la estructura de peones del oponente...; sin necesariamente depender de cálculos concretos de jugadas inmediatas. Un plan táctico, por su parte, se centra en secuencias concretas de movimientos a corto plazo, como combinaciones específicas para ganar material (una torre, un peón, etc.) o para lograr una posición favorable en unas pocas jugadas.
En el terreno táctico, por ejemplo, si vas a desarrollar un plan debes pensar más allá de, qué sé yo, cuatro, cinco..., siete jugadas. Si alguien me dice que tiene un plan que consiste en que, mediante una brillante combinación en la jugada 21 su rival pierde un alfil y en la 24 un peón, y calculó que hasta la -jugada- 28 tiene "ventaja decisiva" y resulta que en la 32 el rival no solo recupera la pieza, sino que mas adelante le encierra una torre y le captura un par de peones, entonces ciertamente tiene un plan, pero no me está hablando de un buen plan, y, como dijimos anteriormente, por no profundizar en diversos aspectos va a quedar en una calamitosa desventaja que poco a poco va abriendo oportunidades al rival con una ventaja tan significativa que luego es muy difícil de recuperar.
Otro detalle no menor: se recomienda que conozcas el estilo de juego de tu rival. Por los jugadores estratégicos y a los defensivos es muy difícil que un táctico les dé mate de una manera violenta, ni hablar de cuando se enfrenta a rivales que combinan ambos estilos: estratégico/defensivo.
Jugadores estratégicos: debido a su interpretación del sentido de la posición, tienen una alta capacidad de anticipar y/o contrarrestar una o varias amenazas potenciales antes de que estas se conviertan en un problema serio.
Jugadores defensivos: son expertos en minimizar riesgos y proteger sus piezas clave. Están muy atentos a los peligros y suelen crear estructuras defensivas que dificultan ataques directos.
Estratégicos/defensivos: los jugadores que combinan enfoques estratégicos y defensivos poseen una gran habilidad para adaptarse y crear planes sólidos mientras mantienen una postura defensiva robusta. Esto hace que sea aún más difícil encontrar debilidades que puedan explotarse para un ataque decisivo.
Como un mero turista en las salas de torneos de ajedrez y desde mi artesanal hobby como periodista de este complejo deporte a lo largo de varios años, puedo reafirmar algo que ya todos saben: mientras más elo tengan los jugadores y mientras más prestigio tenga un torneo, mayor será la capacidad de cálculo y de cálculo concreto que se aprecia en los primeros tableros.
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En Venezuela las palabras ajedrez y política han estado en boca de muchos en las últimas semanas. Filósofos, carpinteros, geoestrategas, albañiles, historiadores, panaderos, politólogos, comerciantes, abogados, choferes del transporte público, economistas, amas de casa, periodistas, estudiantes, coachs de campaña, desempleados , sociólogos, profesores, psicólogos..., de Venezuela y el mundo afirman que en la real politik venezolana se está jugando una verdadera partida de ajedrez.
Muchos de los que hablan de ajedrez están, teóricamente , peor que yo y hablan de estrategias, de la dama, del rey..., y me hacen recordar la partida del Cholo Simeone vs Gio Simeone.
En lo personal considero que MCM en los últimos años ha evolucionado de un estilo táctico (nivel cacho) a uno estratégico un poco más sólido, o por lo menos así la he percibido desde que a principios del siglo XXI vi su trabajo político desde la asociación civil "Súmate". Muchos recordarán la tabla que hizo con el GM HRCF, cuando cara a cara lo llamó ladrón, y luego este le dijo que "águila no caza moscas". Esa partida, a un minuto, en la AN quedó tablas.
Aunque es cierto que ahora mismo ella es la número uno en el ranking nacional -opositor-, también es cierto que no sabemos a ciencia cierta cuál es su elo. Tenemos como referencia de su progreso en el mundo político básicamente partiendo del hecho de que de manera progresiva le fue pasando el cuchillo (político) por el pescuezo (también político) uno a uno a sus colegas de los otros partidos que también le hacen oposición a quien detenta actualmente el título de campeón en Venezuela: NMM. Luego de eso se ha paseado por todo el planeta tierra dando simultáneas y exhibiendo su condición de maestra, en apariencia muy por encima de los legítimos y directos herederos de Rafael Caldera, Rómulo Betancourt y Gonzalo Barrios, genuinos GMs de la política venezolana en el siglo XX. Ella les dio como dicen en Colombia: sopa y seco, y los despachó de una forma tal que hasta el famoso "viejo zorro" y hombre de mil batallas HRA se veía como un 2300 delante de una jugadora que, en realidad, todavía no había jugado una partida seria. Había jugado blitz y resuelto una que otra escaramuza política, pero nunca una partida pensada delante del país nacional y frente a la comunidad internacional. El 28 de julio jugaría la partida de su vida.
Hablando de estilos: ¿NMM, DCR y JRG, qué estilo tienen? Para mí el primero tiene un estilo callejero; el segundo es más integral, pero con tendencia a las combinaciones; y el tercero, tal vez por su condición de psiquiatra, es algo más estratégico. Ahí surge otra pregunta: ¿cómo le debe jugar MCM a estos tres si tienen tres estilos diferentes? Mi respuesta: estratégicamente.
MCM, a criterio de quien suscribe, habiendo evolucionado, como he dicho, de un estilo táctico básico a uno estratégico un poco más sólido, ha venido, desde hace años haciendo innumerables tablas en blitz con el trío antes mencionado. Traducción 1: no ha perdido, pero tampoco ha ganado; o al revés: no ha ganado, pero tampoco ha perdido.
Traducción 2: no es presidenta, pero tampoco está presa.
Traducción 3: han sido tablas en puro blitz y relámpago, pero nunca los había enfrentado en un mano a mano (aunque es verdad que el 28J no se inscribió en el torneo directamente con su nombre y su apellido, a los efectos es casi lo mismo; es decir, ¿o no?)
Llevar a lo largo de estos años ese tipo de partidas con una singular precisión es lo que le ha permitido llegar hasta donde está hoy frente a sus tres poderosos rivales; aunado a eso, una noción más estratégica fue lo que la llevó a comerle las piezas a todos los anteriores aspirantes a ocupar el palacio que en su momento perteneció a misia Jacinta Parejo.
¿Qué pasa cuando, en plena partida, una jugadora que se ha ido convirtiendo en una ajedrecista estratégica de repente quiere volver a su antiguo bajo nivel táctico? Si una jugadora ya estratégica de buen nivel pierde su esencia y empieza a hacer jugadas tácticas ajenas a la naturaleza del juego que la ha llevado a la maestría y a importantes victorias en los últimos años, puede enfrentar varias dificultades:
1. Falta de coherencia:
La transición abrupta de un estilo estratégico a uno táctico de bajo nivel puede resultar en movimientos poco coherentes y desorganizados aunque al principio, en apariencia, pueda sentir que tiene ventaja y que la posición que visiona puede resultarle favorable. Los jugadores estratégicos pueden no estar acostumbrados a buscar largas combinaciones y podrían cometer errores debido a la falta de práctica en tácticas...o quedarse a mitad de camino en el cálculo por falta de oficio combinativo.
2. Pérdida de posición:
Los jugadores estratégicos suelen tener una visión clara a largo plazo sobre la posición y los planes a seguir. Al enfocarse en tácticas, podrían desatender aspectos estratégicos importantes, que al final del día son su esencia de juego, como la coordinación de piezas y el control del tablero, lo que podría llevar a un final ajeno a su estilo.
3. Errores en el cálculo:
Las jugadas tácticas requieren un cálculo profundo, preciso y rápido, algo que un jugador principalmente estratégico podría no manejar con la misma habilidad. Esto puede llevar a errores en el mismo cálculo, pero también a la pérdida de material o a posiciones desfavorables.
4. Da ventaja mental al oponente: Los oponentes pueden aprovechar la falta de consistencia en el estilo de juego. Una jugadora que cambia repentinamente de estrategia puede volverse predecible y más vulnerable a ataques tácticos bien planificados.
Yo no dudo que MCM, con el apoyo a un candidato outsider, con la publicación de las actas en un portal web, etc., haya tenido un plan (que es mejor que no tener ningún plan, como hemos dicho), pero en la política, al igual que en el ajedrez, la idea no es "brillantear" a su rival con una combinación, en este caso el denunciar un fraude electoral con el tema de las actas; no. La idea en la alta política, así como en el ajedrez, de máximo nivel, es ganar la partida.
Siendo intelectualmente honesto con todos los que esto leen, yo sí recuerdo a una MCM tratando de comerse peoncitos y cosas así en sus inicios en la política. Después conoció a Bush, a Trump y a todos los estrategas político habidos y por haber y, posiblemente, con ese roce su nivel de juego pudo haberse incrementado considerablemente. Hoy día medio mundo, de manera olímpica y alegre, le reconoce su capacidad como estratega por el plan de las actas, pero ¿en realidad estamos hablando de un plan estratégico o de un plan táctico?
Cuando mi hija era niña y estaba en esos torneos nacionales, terminaba sus partidas y salía de la sala de juego y me decía con los ojos llorosos y con toda la inocencia del mundo: "estaba ganada, pero no vi que me estaban comiendo la dama". Yo, más loco que una cabra, le decía que tenía que estar pendiente de eso y no dejarse comer la dama. Por un tiempo pensé que solo a los niños "con los ojos llorosos y con toda la inocencia del mundo" les ocurría eso, hasta que en IRT, ITT y campeonatos nacionales absolutos empecé a escuchar a maestros de ajedrez con ese mismo esquema discursivo de lamentación/justificación: "estaba ganado, pero...".
En ajedrez no solamente la gente "estaba ganada, pero...". En la política, también. Siempre recuerdo unas palabras del FM cubano, Rafael Guerrero: "El ajedrez es un juego de buenas personas, pero con malas intenciones". A ello hay que agregar otra famosa frase: "el ajedrez es un deporte realmente violento". El ajedrez tiene mucho en común con la política, pero el ajedrez real, no el de las películas. Tanto la política como el ajedrez son agresivos y violentos y se juega para ganar, aunque pierdas, y hay veces que una tabla en la última ronda no te sirve cuando estás de primero en un torneo, porque aun empatando al final puedes quedar de octavo.
"Estamos en campaña y la guerra es sucia", dice una máxima de la pOLÍTICA (no sé si mayúscula o minúscula). Eso es algo harto conocido y debes tenerlo en cuenta sobre todo cuando te enfrentas a jugadores que no juegan limpio. Cuando NMM dijo "por las buenas o por las malas" no estaba ni jugando ni exagerando, estaba expresando una idea clara de la dogmática comunista o mejor dicho nos estaba recordando un rancio axioma de la extrema izquierda, y no es otro que "comunista no entrega el poder".
Esperemos que MCM tenga el nivel de Magnus Carlsen y esté viendo algo que el resto de los mortales no. El rey Magnus es capaz de jugar ajedrez a un nivel superior, porque, según dicen, tiene la más poderosa computadora de análisis. Ojalá la computadora de MCM, o en este caso su página web, le permita darle mate al bigotón de la trampa, porque algunos de, tal vez, menos nivel de juego están viendo una ventaja (no sé si ligera o decisiva) y no precisamente en favor de la tan mentada estratega de la política.
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"Después no digan que el tiempo es malo".
GOYA.