Esta primavera, Alina Kashlinskaya ganó su primer premio como deportista polaca. No hace mucho, la ajedrecista estaba considerada una de las líderes de la selección rusa e incluso llegó a ganar el Campeonato de Europa con el equipo, pero no tuvo tiempo de desarrollar todo su potencial en su país natal. O mejor dicho, no quiso: hace poco más de un año, la deportista anunció su traslado a Polonia. Y la federación nacional incluso la apoyó.
La esperanza de la selección rusa
En su infancia, Kashlinskaya era aficionada al ajedrez y a los bailes de salón, pero no había tiempo para todo: la chica tenía que elegir. Al final, la joven Alina se decidió por el deporte intelectual: no le gustaban los métodos bruscos de los entrenamientos de los coreógrafos, y en las clases de ajedrez la niña se sentía tranquila y cómoda.
Pronto quedó claro que a la niña no le fallaban los instintos. En sólo un año de clases, Alina alcanzó la primera categoría, y ya a los diez años se convirtió en campeona de Rusia en su categoría de edad, y luego subcampeona de Europa. Kashlinskaya progresó rápidamente, batiendo un récord tras otro: a los 13 años se convirtió en la maestra internacional más joven del país, y a los 15 en gran maestra internacional.
Dos años más tarde, la ajedrecista empezó a jugar en la selección rusa adulta, al tiempo que estudiaba en Moscú para convertirse en psicóloga y jugaba en el equipo universitario. Al mismo tiempo, Alina unió su vida a la de Radoslaw Wojtaszek. La joven conoció al gran maestro polaco durante un torneo en Paks (Hungría), donde ambos deportistas se proclamaron campeones en sus respectivas categorías. Durante el Campeonato Mundial de Clubes de 2012, los jóvenes empezaron a comunicarse plenamente, y pronto iniciaron una relación sentimental. Tres años después, Kashlinskaya se casó con el polaco.
Bajo la bandera polaca
Pronto Alina empezó a vivir con su marido en Polonia, pero no abandonó la selección rusa. De hecho, Kashlinskaya obtuvo la principal victoria en su carrera como ajedrecista rusa: en 2019 ganó el oro en el Campeonato de Europa y alcanzó el récord del puesto 14 en el ranking mundial.
Siguiendo defendiendo los colores de la bandera rusa en la escena internacional, Kashlinskaya apenas ha salido del top 20 durante varios años, recorriendo Europa con éxito. Alina aparecía con especial frecuencia en las competiciones polacas, pero también acudía a los campeonatos nacionales rusos, dividida entre dos países.
La joven decidió finalmente su afiliación en mayo de 2022, dos meses después de que la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) suspendiera a Rusia de las competiciones bajo sus auspicios. La página web de la organización anunció que Kashlinska se había unido oficialmente al equipo nacional polaco, convirtiéndose en la ajedrecista mejor valorada del país.
"No tenemos nada que reclamar
La parte rusa no interfirió en esta transición, a pesar de que Kashlinskaya era considerada una de las líderes del equipo nacional. Al contrario, la federación nacional incluso apoyó a la chica, entrando en su situación:
- Alina Kashlinskaya está casada con un gran maestro polaco y vive en Polonia desde hace muchos años. Hemos mantenido excelentes relaciones con ella. No tenemos ofensas ni reclamaciones mutuas. Sin duda, Alina reforzará el equipo nacional polaco", declaró a RIA Novosti Mark Glukhovsky, director de la Federación Rusa de Ajedrez.
Al mismo tiempo, sus colegas rusos también se apresuraron a comentar la hazaña de Kashlinska. Su reacción también fue bastante comedida: Anatoly Karpov dijo que no había necesidad de buscar ningún trasfondo político en la decisión de la chica, mientras que Sergey Karjakin también instó a no condenar a la atleta. Incluso Svetlana Zhurova, representante de la Duma Estatal, se mostró cauta: dicen que este tipo de transiciones se preparan con antelación, por lo que es poco probable que el "traslado" de la ajedrecista estuviera relacionado con la coyuntura actual.