En marzo de 2022, la Federación Francesa de Ajedrez (FFE) puso en marcha un programa de tres años para explorar científicamente los beneficios de este juego milenario para los jóvenes con autismo o discapacidad mental. Una práctica adaptada que ha cosechado un gran éxito entre este público joven.
En la pared colgaba un tablero de ajedrez para estudiar el movimiento. Los jugadores se disfrazan de las piezas del juego -torre, alfil o rey- en un tablero de ajedrez gigante en el suelo. Así es como la Federación Francesa de Ajedrez (FFE) está adaptando el juego para jóvenes autistas o con discapacidad mental en su programa trienal, lanzado en marzo de 2022, y destinado a explorar científicamente los beneficios de este juego milenario.
Pierre-Yves, padre de un joven autista que participa en el programa, tiene grandes expectativas. "Me gustaría que me enseñara (a jugar al ajedrez), y que fuera un poco más sociable en otro ámbito", explicó a Europa
Trabajar sobre ideas abstractas
En el ajedrez hay que respetar el tiempo de reflexión del adversario y anticiparse a sus estrategias, y eso es lo que interesa a los profesionales de la salud. El juego también permite trabajar ideas abstractas, como señala el profesor Jean-François Porcher, que juega con sus alumnos. "Se les notaba en la cara: de repente lo entendían, habían experimentado esta noción del espacio. Las líneas rectas, las diagonales, el caballo que se mueve como una L", dice.
Esta actividad "puede (permitirles) orientarse en un mapa y en situaciones de la vida práctica. Necesitamos estas competencias", afirma. Esta práctica tiene un gran éxito entre los jóvenes, muchos de los cuales piden incorporarse al programa. Además, los supervisores afirman que el ajedrez, símbolo de inteligencia y reflexión, les aporta mucho valor.