El ajedrez es mucho más que un juego de mesa. Pueden abrir muchas puertas que de otro modo habrían estado cerradas.
7 lecciones de vida que el ajedrez puede enseñar:
El ajedrez enseña a aprender.
Algunas personas juegan al ajedrez durante muchos años pero no mejoran. Esas personas juegan todos los días, hacen los mismos movimientos, cometen los mismos errores.
Es decir, hacen lo que les gusta, pero su nivel de juego siempre es el mismo. Necesitas un maestro para convertirte en un buen jugador de ajedrez.
Para familiarizarse con las estrategias de los grandes maestros del pasado, deberá analizar la historia del juego. También necesitarás dominar los elementos importantes. Y, por supuesto, seguir jugando, perdiendo y entendiendo las razones del fracaso. Y así en todas partes.
Para dominar un negocio de manera efectiva, debe volver a leer miles de sugerencias y consejos de empresarios y ejecutivos conocidos.
Para escribir textos convincentes, deberá trabajar duro y escuchar atentamente las críticas.
El ajedrez te enseña a perder con dignidad.
Lo que importa no es ganar, sino ser mejor. Nunca dejes que los fracasos te arruinen. Los perdedores necesitan poder calmarse e ir a aprender cosas nuevas. Cada derrota es una especie de mapa con muchos lugares inexplorados.
El ajedrez te enseña a competir.
Nos gusta pensar que la vida que nos rodea no es competencia. Pero la realidad es diferente: para tener éxito, necesitas ser mejor que los demás. Destacar. La mayoría de los ajedrecistas dicen que empezaron a jugar mejor cuando aprendieron a mirar la derrota con ironía.
Este juego te enseña a no perder la esperanza incluso en las situaciones más desesperadas, porque a veces se puede pensar que un juego demasiado largo acaba con un oponente.
El ajedrez enseña discreción inteligente.
Jugar al ajedrez significa ser paranoico. El oponente es un depredador que quiere destruir al oponente. Por lo tanto, inevitablemente debe considerar todas las opciones posibles.
El ajedrez te enseña a superar obstáculos.
Muchos jugadores de ajedrez admiten que este juego de mesa les ha ayudado a superar muchos obstáculos sociales que antes parecían insoportables. El juego me ha enseñado a hablar un idioma que se puede entender sin palabras. El lenguaje del dominio.
El ajedrez enseña a encontrar personas de ideas afines.
La gente suele pensar que los jugadores de ajedrez son inteligentes. De hecho, es más un mito cultural.
Hay genios y tontos absolutos.
Sin embargo, una idea errónea sobre la inteligencia de los jugadores de ajedrez a veces puede ayudar a abrir más puertas, por ejemplo, un empleador que aprende sobre este pasatiempo puede contratarlo porque todos necesitan empleados inteligentes.
Cuando te apasiona algo, una comunidad se reúne a tu alrededor en un instante que te mantiene en movimiento y avanzando. Te conviertes en algo más que un individuo.
El ajedrez te enseña a mejorar.
Mirando a tu alrededor te das cuenta de que las personas están en diferentes pasos. Hay otros más altos que tú, debes aprender de ellos.
Hay equivalentes: vale la pena trabajar con ellos. Y con los que están arriba, vale la pena compartir tus conocimientos y ayudarte a subir escaleras. Tales niveles están en todas partes: tanto entre escritores como entre empresarios o desarrolladores.