Antes de participar en una competencia, los deportistas se ilusionan con la idea de tener un buen rendimiento y plantean lo que se conoce como objetivos de resultado, los cuales se enfocan en metas específicas y medibles, entre los más comunes en el ajedrez se encuentran: ocupar un puesto destacado, realizar una buena cantidad de puntos o aumentar el Rating. El problema está en qué “querer no siempre es poder” y debido a que muchos de los participantes llegan con los mismos intereses al evento, es lógico que algunos no puedan alcanzarlos. Además hay que tener en cuenta que es imposible que a alguien le vaya bien en todas las competencias. Ni el campeón mundial Magnus Carlsen puede hacerlo, él mismo, como cualquier ser humano comete errores, los cuales le impiden ganar el 100% de las partidas que juega o de los torneos en los que participa, incluso a pesar de tener un nivel demasiado alto, en algunas ocasiones ha perdido y empatado partidas contra rivales a los que supera por muchos puntos de Elo. Un ejemplo de esto es su participación en el mundial de blitz celebrado en Varsovia en el mes de diciembre, donde a pesar de haberse coronado pocos días antes como campeón mundial de la modalidad de ajedrez clásico, estar preclasificado como N °1 de blitz, y contar con una diferencia importante de Elo con respecto a sus competidores en dicho evento, tuvo un resultado que podríamos llamar deficiente ocupando el puesto 12 de la clasificación final. A continuación presento los números de Magnus en dicho evento:
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Los malos resultados de los mejores deportistas no ocurren solo en el ajedrez, en todos los deportes pasa lo mismo, por ejemplo en el fútbol, es común que un equipo gane un importante evento internacional y a las pocas semanas sea derrotado por algún modesto club de su país. La razón por la cual es imposible tener un rendimiento del 100% en todas las competencias en las que se participa, es qué, para competir a su máximo nivel un deportista debe poner en marcha un gran número de recursos técnicos, físicos y psicológicos, y debido factores emocionales y fisiológicos como es el caso de la fatiga, se producen “fallas” en el proceso cognitivo, ocasionando errores en las ejecuciones tácticas y técnicas, los cuales en recurrentes situaciones se convierten en inesperadas derrotas. Algo totalmente normal, en el deporte como en la vida, es imposible tenerlo todo bajo control.
El rendimiento competitivo “normal”
Es cierto que a pesar de que un deportista cumpla disciplinadamente con su plan de entrenamiento, se encuentre bien física y emocionalmente y desee con todas las fuerzas de su corazón tener un rendimiento del 100% en sus próximas competencias, es muy poco probable que esto suceda. Lo más común, es que ocurra lo que presento en la siguiente gráfica. En la cual se puede observar que en un grupo de 10 competencias, el deportista tenga de 6 a 7 buenos resultados, representados en color verde; de 1 a 2 resultados regulares representados en amarillo y 1 a 2 resultados adversos, representados en color rojo. Aclarando que en caso de no realizar un buen proceso de entrenamiento es muy probable que la cantidad de rojos y amarillos sea superior.
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¿Pero cómo se puede medir el rendimiento de un deportista?
Existen dos tipos de objetivos en el entrenamiento los de proceso y los de resultado: los objetivos de proceso son aquellos que se centran en el mejoramiento paulatino de cada uno de los componentes del rendimiento del deportista: Táctico, técnico, teórico, psicológico y físico. Estos se centran en el desarrollo del atleta a mediano y largo plazo, y a mi modo de ver el deporte, son los más importantes, al fin y al cabo si un ajedrecista va mejorando su juego paso a paso y sin afanes, al final, igualmente llegará a la maestría y quizás de una forma más sólida. Para la medición de estos objetivos utilizo algunos métodos basados en la autoevaluación por medio de un detallado análisis de las partidas jugadas, en el que se revisan todos los aspectos determinantes en el rendimiento. También utilizo filtros de cantidad y calidad de errores, y un formato de autoevaluación psicológica, todo esto nos permite identificar con claridad el rendimiento del deportista en referencia al desarrollo de su proceso deportivo.
En cuanto a los objetivos de resultado, mencionados en párrafos anteriores, son aquellos que como su nombre lo indica tiene como propósito plantearse metas donde el rendimiento en una competencia o grupo de competencia sea destacado. Este tipo de objetivos los evaluamos fácilmente, comparando las metas planeadas con los resultados obtenidos. Si la meta era quedar entre los tres primeros lugares y se ocupó el décimo lugar, se ve claramente que no fue un buen resultado. Pero para darle un poco más de objetividad al tema he desarrollado un sistema de análisis estadístico básico, que consiste en comparar El Elo del deportista, con su performance y de esta manera determinar su rendimiento en el torneo. Este sistema me ha permitido comprobar numéricamente que los mejores deportistas tienen un rendimiento optimo, en aproximadamente un 60 a 70% de los eventos en los que participan.
El método consiste en una escala de rendimiento que va de 1 a 6. Cada escalón representa rangos de Elo de 100 puntos de diferencia, entre el Elo del deportista y el performance registrado durante el evento. Los escalones 1 y 2 resaltados en color rojo, representan resultados deficientes o por mejorar, el 3 resaltado en amarillo sería un desempeño regular o “normal”, mientras que los escalones 4, 5 y 6 resaltados en verde, representan resultados que van desde bien hasta excelente y serían los soñados por los deportistas y entrenadores.
A continuación presento un ejemplo de la utilización de la herramienta, en el que se pueden observar los datos reales de uno de los ajedrecístas con los que estoy trabajando. El cual, tuvo 10 participaciones presenciales entre los meses de agosto y octubre del año anterior. En este bloque de eventos, se encuentran torneos de las tres modalidades (clásico, rápido y relámpago), algo que no representa ningún inconveniente, pues lo que se esta mirando es el rendimiento general. También se puede analizar que el deportista tuvo un desempeño “normal” con 6 torneos en verde, 3 en amarillo y 1 en rojo, algo que presupuestamos en párrafos anteriores y que a la hora de la evaluación por parte del entrenador y el grupo de trabajo, se podría decir que el plan de entrenamiento tuvo más aciertos que desaciertos.
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Después de observar muchos formatos de seguimiento del rendimiento en competencia. He podido sacar las siguientes conclusiones, las cuales no deben tomarse como una verdad absoluta, si no como un aporte más al desarrollo del entrenamiento en ajedrez:
- La mayoría de los desempeños de los mejores deportistas, tienden a ubicarse entre los números 2 y 4, de la escala. Rara vez una participación bien planeada termine en el punto 1 y también es poco probable que un deportista con un Elo exacto en correspondencia a su nivel real obtenga desempeños tan destacados como para estar en la escala 6.
- A pesar de que los 10 eventos se encuentren separados entre ellos por varios meses, es común que se tenga una tendencia de rendimiento similar a cuando estos son seguidos. Esto ocurre siempre y cuando el deportista se mantenga activo entrenando. Aclarando también, que, obviamente entre menos tiempo exista en entre participaciones, más precisa es la medición.
- Cuando un deportista no ha alcanzado el Elo al que corresponde su nivel, es muy probable que en el primer bloque de 10 torneos la mayoría de sus participaciones se encuentren entre los números 5 y 6 de la escala. Hay que explicarles muy bien esto, para que no vayan a pensar que seguirán subiendo así de fácil y luego caigan en frustración, lo más probable es que en el siguiente bloque, su resultado tenga una tendencia al color amarillo por el principio biológico de retornos en desminución.
- El Elo y el performance del deportista en cada torneo pueden tomarse de la plataforma chess-results.com y en caso de que el torneo no este reportado en dicha plataforma, puede realizarse manualmente con la calculadora de la página fide.com. En la actualidad son pocos los eventos en los que no se puede realizar este cálculo y es importante que tanto deportistas como entrenadores, lleven este tipo de controles.
- Cuando un deportista y su grupo familiar están claros con el concepto del “desempeño normal”, el proceso se hace mucho más ameno y exitoso. Se bajan considerablemente las presiones. Así cuando se tenga un torneo “malo”, a pesar de sentirse incómodo al principio que es lo normal, su proceso de recuperación será mucho más rápido, porque comprenderá que es solo uno de esos torneos en rojo de los que se sabía que iban a ocurrir y seguirá adelante con el proceso. Lo que si es muy importante, es que el entrenador analice muy bien los datos de cada deportista y lo aprenda a conocer, para que en su planificación pueda modelarle adecuadamente los estímulos y así este llegue a las competencias principales en su mayor nivel y con tendencia al color “verde”.
- Es importante continuar realizando investigaciones relacionadas con el rendimiento ajedrecístico. Ya qué de esta manera podremos comprender aún mejor las características específicas de nuestro deporte y realizar un mejor trabajo como entrenadores.