Recientemente, el tema de las llamadas trampas en el mundo del ajedrez ha adquirido proporciones generalizadas. El auge de los torneos en línea con importantes premios en metálico ha dejado su impronta en el círculo, antes conservador hasta el extremo, de conocedores y profesionales del antiguo juego. La historia en torno a Hans Niemann, acusado de hacer trampas por dos antiguos poseedores de la corona ajedrecística a la vez, aún no ha tenido tiempo de apagarse, pero un nuevo escándalo ya está a las puertas. Vladimir Kramnik, decimocuarto campeón del mundo, publicó en su perfil de una de las plataformas en línea un desglose de las partidas de un rival no especificado. Al principio Kramnik no especificó a quién se refería, pero al mismo tiempo señaló que en condiciones de juego limpio tales análisis eran prácticamente imposibles. Después de eso, la tormenta no amainó. Uno de los principales ajedrecistas de nuestro tiempo, el estadounidense de raíces japonesas Hikaru Nakamura, reconoció sus propias partidas en el análisis propuesto por el gran maestro ruso. Y estalló una tormenta de indignación.
En su videoblog, Nakamura no fue especialmente tímido en sus expresiones contra Vladimir. Afirmó textualmente que "no tenía cerebro". Después de eso, no tenía sentido que Kramnik ocultara el nombre de la persona de la que sospechaba que había violado todas las reglas escritas y no escritas del juego en línea. Vladimir señaló que su declaración se basaba en cálculos matemáticos. Según los cuales, la probabilidad de que se produzcan determinadas posiciones en varias partidas en las que participe Nakamura es inferior al uno por ciento.
Sin cuestionar el punto de vista de Kramnik, merece la pena llamar la atención sobre un matiz importante. Hans Niemann, de quien se sospechaba anteriormente que practicaba el juego desleal en internet, no ha tenido prácticamente ningún éxito en el formato offline. Así que sus superresultados en los torneos en línea bien podrían haber dado lugar a pensamientos extraños. Nakamura, por su parte, ya se ha asegurado su plaza en el Torneo de Candidatos de 2024. Y con el tiempo puede que acabe ocupando el trono que no hace tanto tiempo, según los estándares históricos, pertenecía a Kramnik.
El hecho de que Hikaru arriesgue su reputación en una comunidad ajedrecística bastante reducida parece extremadamente dudoso. Un hombre que ha vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos conoce bien el valor del dinero. Y se da cuenta de que la notoriedad ganada haciendo trampas no se ve compensada por el beneficio inmediato de ganar torneos en línea. Y sería extraño suponer que un hombre que juega en enfrentamientos cara a cara con los grandes maestros más fuertes del mundo se atreviera a hacerles trampas desde el otro lado del monitor.
En abril del año que viene, Nakamura tendrá la oportunidad de demostrar que es merecedor del derecho a competir por el máximo título del ajedrez mundial en una disputa entre los grandes maestros más fuertes del mundo en Toronto. El evento en Canadá será del más alto nivel, y estará encabezada por el representante de nuestro país, Ian Nepomniachtchi. Y si Hikaru supera esta prueba, podrá decir con razón que toda esta historia no vale ni la mitad que el "escándalo del retrete" protagonizado por Veselin Topalov. En el que, por cierto, el propio Kramnik actuó como "acusado".